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"ser tú mismo y expresarte con originalidad,
es lo mejor puedes hacer"
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miércoles, 12 de septiembre de 2018

Primer día de clases

     Caracas.- Septiembre trae consigo un aroma muy particular, especial e inconfundible: el olor a útiles nuevos, a cuadernos por estrenarse, a lápices por escribir, a creyones por colorear y a libros que al ojearlos despliegan su fragancia más pura. Todo es señal que ya se aproxima el "Primer día de clases"

     En Venezuela, el año escolar 2018-2019 comenzará el venidero lunes 17 de septiembre, el cual será un gran reto tanto para los niños, padres, representantes, docentes, personal directivo y la comunidad, por la crisis por la cual atraviesa el país. 

Una de las fiebres más grandes es estrenar uniforme
     No es difícil enumerar los diversos motivos que están presentes en la realidad venezolana: "problemas económicos, de transporte y alimentación agudos, deserción de docentes, migraciones familiares o cambio de cuidadores (lo cual repercute en la pérdida de horarios cotidianos, hábitos de lectura y escritura en los niños), entre otros", asegura la cuenta Madres venezolanas por la paz, en un publicación reposteada por Cecodap en instagram. 

      Sin embargo, en las crisis están las mejores oportunidades de progreso y el propósito es que la magia que embarga el "Primer día de clases" contagie a cada estudiante y docente para que la experiencia sea lo más inolvidable y reconfortante posible, más allá de las adversidades. Se trata de conectarse con la empatía y la solidaridad, sabiendo que la expectativa de estrenar creyones (o usar los que se tienen) nos brinda la oportunidad de colorear nuestra realidad como la imaginamos. 

     Una de las fiebres más grandes de ese "Primer día de clases" es estrenar uniforme e ir lo más pulcro al colegio, reluciente. Estoy seguro que los padres y/o representantes harán todo lo posible para que su estudiante se sienta genial y vaya de punta en blanco el próximo 17 de septiembre. Acto seguido es ver de nuevos a tus compañeros, saber que hicieron en vacaciones y contar lo que uno hizo. Cuantas historias y abrazos convergen en esos momentos. Sin olvidar el deseo de saber quien será el nuevo (a). 

     Luego está la expectativa sobre la nueva maestra o profesor. ¿Cómo será ver clases con ella o él? ¿Será estricto (a)? ¿Extrañaré a mi profe del grado anterior? Sin duda, todo un arsenal de inquietudes sobre el docente, quien es la persona que desarrolla el aprendizaje y motiva a adquirir nuevos conocimientos a sus nuevos alumnos, que por lo general son 30 estudiantes. También está la expectativa del profesional de la educación: ¿Cómo se portarán mis alumnos? ¿Qué estrategias usaré para proporcionarles un aprendizaje significativo?

Hay que conectarse con la empatía

     Ese primer encuentro del profesor o la maestra con su grupo está cargado de muchas emociones. Es ahí cuando se manifiesta el poder de un docente: cuan importante es en la vida de sus estudiantes y cómo puede influir en ellos para formar grandes seres humanos y ciudadanos excepcionales. Cada uno de ellos recordará, al crecer, a sus profesores favoritos, especialmente en primaria, por lo que cada maestro (a) debe esmerarse por ser respetuoso, disciplinado, creativo, comunicativo e innovador para dejar una huella imborrable en cada corazón que tiene a su cargo. El hecho que los padres nos confíen a sus hijos es el privilegio y la responsabilidad más grande. 




     Durante el recreo los estudiantes jugarán, compartirán meriendas y sonrisas. Disfrutarán de ser niños. Claro, cada grupo trae consigo el propio reto para cada docente, quien debe descubrirlo para afrontarlo y llevar a sus alumnos a la excelencia. Al final del día, los niños (as) regresarán a sus casas con nuevas historias, quizá algunos despeinados y otros con la camisa sucia, para contar sus vivencias a padres y/o representantes. 

     Así transcurrirán los días del año escolar, haciendo la formación en las mañanas, los maestros luchando por motivarlos a entonar sin desgano el Himno Nacional y siendo enfáticos en los hábitos y rutinas. Al final, en julio 2019, cada estudiante habrá mejorado (es el propósito) y crecido, siendo un poco más independiente con respecto a quien era cuando las clases comenzaron.

El hecho de que los padres nos confíen a sus hijos es una gran responsabilidad 
     Como docente, tendré mi "Primer día de clases" en mi U.E.E.P. "El Vivero", en Catia (Caracas) con mi grupo de 3er grado "B" el próximo lunes 17 de septiembre y siento que el objetivo de cada maestro, en el país, es dar lo mejor de sí, reinventarse y ser lo más disciplinado y creativo posible con el propósito de que cada día de clase sea tan inolvidable como el "Primer día de clases".

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